Un cumpleaños más, pero 97 años de pura vida!

Ayer fue el cumpleaños de la Matriarca de la Familia, Doña Julia arribó a sus 97 años de vida y para celebrarlo fuimos a desayunar a Applebee’s (mal servicio por cierto, ya les contaré en otro tema).

Llegaron sus hijas, nietas y bisnietas, sobrinas, amigas de las nietas y uno que otro colado (como yo, jajaja). El ambiente estuvo muy ameno, y cómo no? si los que llegamos somos los más relajeros de la familia!!!!!!

Yo, por lo menos, no puedo imaginar cómo será llegar a los 97 años de vida, ni siquiera se si voy a llegar a esa edad. Lo que sí se es que Doña Julia, Doña Julita o Tía Cuya, como le decimos muchos de cariño, o Mimi como le dicen sus nietas y o «bis-Mimi» las bisnietas, es un EJEMPLO DE VIDA a seguir. Una señora que nunca le ha hecho daño a nadie. Que ayudó a los más pobres y necesitados durante toda su vida, tal y como lo aprendió de su Señor Padre, Don Eusebio.

Doña Julita goza de una salud a prueba de fuego, combatió y le ganó a la Osteoporosis, lee sin necesidad de lentes, camina muy bien aunque con la ayuda de su bastón, siempre está de buen humor.

Esto es un extracto de algo que le escribieron por su cumple:

Hoy 12 de Noviembre despierta Doña Julita con sus 97 años de vida, de historia, de sueños, de amores, de aventuras, de inquietudes, de ambiciones, de deseos cumplidos y con las manos llenas, colmadas de bendiciones que le ha dado Dios por tanto bien que ha hecho con ese corazón tan grande que El Señor le dio.

 

 

Y yo le pido a Él que la siga bendiciendo pues para mí usted ha sido mi segunda madre, mi amiga, mi confidente, mi consejera, la persona a quien yo sé que puedo acudir cuando estoy triste o deprimida.

 

 

Y también le pido a Él que me la tenga siempre bonita, animada, sanita, para que siga siendo la bendición para todos los que la queremos.

 

 

Dice  Facundo Cabral que no hay que distraerse de la vida, que hay que gozar de la naturaleza, porque Dios le manda flores cada primavera, Él le manda un amanecer cada mañana. Cada vez que usted quiere hablar, Él la escucha. Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió su corazón.

 

 

¡Él está loco por usted!

 

Cuando la vida le presente mil razones para llorar, demuéstrele que usted tiene mil y una razones para sonreír…

Que Dios la bendiga mucho Tía Cuya y esperamos tenerla con nosotros más allá de los 100!