Les voy a confesar que mi primer amor fue una niña hermosa de apenas 15 años. Yo tenía 20 años allá por el año de 1987. Su nombre, Lupita.
Había tenido novias antes pero ninguna como ella. Lupita me hizo sentir amor por primera vez en la vida. Amor del bueno, del puro, del que no se aprovecha de nada.
Sus ojos eran (imagino que lo siguen siendo) de una mirada penetrante, capaz de leer la mente y al mismo tiempo hablan de una forma tan hermosa que puedes llegar a sentir y escuchar lo que dicen.
Su cara angelical, su boca divina. Flaca como ella sola pero de escultural belleza. Piel morena que provoca y al mismo tiempo ella tan inocente que no se te cruza ni el más mínimo pensamiento sucio por la mente.
Su piel suave como la seda. Una sonrisa preciosa. Su risa contagiosa que invita a reír con ella. Sus besos, medicina que curan el alma.
De la nada la perdí, he pensado en buscarla pero me da miedo ya que la última vez que lo intenté la historia no terminó muy bien para mi. La verdad no voy a entrar en detalles de ese día porque no es agradable recordarlo. Sin embargo se que ella no tiene la culpa de lo que ocurrió ese día.
No se si quiera verme. No recuerdo el motivo por el cual terminamos pero sí me gustaría poder verla y de paso darle un abrazo o robarle un beso. Hasta el sol de hoy no la olvido.
Dicen que el primer amor jamás se olvida y ¿Saben qué? es totalmente cierto.
No se si algún día verás esto. Lupita, siempre serás mi primer y más grande amor!!
Para Lupita, le dedico esta canción en el día de su 32 cumpleaños: